Me escuchas?... Quién quiera que seas?

Si algo he logrado a lo largo de mi vida es que jamás he pasado desapercibida y jamás le he sido indiferente a la gente por mis opiniones...

martes, 16 de febrero de 2010

Mi vecina, la homofóbica...

Ayer llegó mi vecino, con quien tengo una excelente relación, al grado de que cada vez que hace pay de queso me regala un trozo para disfrutar de las maravillas nuevas que le ha integrado, o también he tenido el placer de probar la fideua que su mamá, que como él, es valenciana de los pies a la cabeza, ha preparado, pues bien, llegó a cotillarme que la del 3ero manifestó un rechazo ante las conversaciones que solemos tener vía móvil, vecino-vecina o vecino con cualquiera de sus amigos cachas que lo visitan. Resulta que esta mujer desea que su hija sea sorda y ciega... o mínimo es lo que yo entendí dado que la mujer quiere hacer una petición de que "moderemos nuestras conversaciones" porque ella "toma sumo cuidado en la educación de su hija como para escuchar las cosas que decimos". Ahora bien, vivimos en el barrio de Chueca, la zona gay por excelencia de España, e incluso me atrevería a decir que, de la mano de Berlín, la más representativa de Europa. Pues esta mujer parece que no gusta mucho de nosotros... sinceramente, nosotros tampoco gustamos de ella.
De este pequeño ejemplo me transporto a los niveles ya no regionales, sino mundiales, el que una mujer quiera taparle los ojos y los oídos a su hija me parece muy fuerte pero el que un país pretenda hacer lo mismo con toda una población me parece irreal.
Mi vecina, la homofóbica, tiene un discurso de lo más absurdo ya que su hija es adopatada, es hindú y por lo tanto es blanco fácil para las críticas y para el racismo y si su madre adoptiva lo practica, qué es lo que está aprendiendo su hija? "Tú no hija, tú eres diferente..." o no se qué cosas le contará a la pequeña quien siempre muestra un contraste absoluto con su madre ya que va por la calle sonriente, saluda a la gente y es muy oscura, el elemento claveque demuestra que esa niña no salió del vientre de quien la coje de la mano.
La primera vez que la vi, cuando todavía no nos odiaba, me pareció una mujer admirable por adoptar una niña, me creé una imagen fantástica de ella... todo se vino abajo después de la primera reunión de vecinos en la que me mostró la verdad.
No sé qué ocurrirá en la próxima reunión, no sé si sacará el tema a flote y tampoco sé qué opinaré yo, pero de lo que si estoy segura es que no se puede pretender tapar los ojos ni los oídos a nadie.

2 comentarios:

  1. Error de apreciación, Lorena, los padres adoptivos (de adopción internaciona, nacional, interracial, monoparental, especial, whatever) somos padres. Punto. Ni más ni menos que los biológicos. También somos personas, buenas y/o malas, con defectos y virtudes, como el resto del universo.
    Usualmente nos caga que nos tengan por "mejores personas" por el hecho de haber adoptado a nuestros hijos. Esas valoraciones tienen una carga mafufa que implica el pensamiento, a veces incluso verbalizado, de que con la adopción hemos hecho "una buena obra". Y nada más lejos de la realidad. Nuestros hijos no son "buenas obras" (¡toma patada en los huevos a su autoestima!), son hijos. Punto. Como nosotros padres. Ni más, ni menos.
    No sé cómo será tu vecina. Si tú lo dices, seguro que es una capulla integral. Por otra parte yo te puedo hablar de mi experiencia. Yo, que he sido "más puta que las gallinas" (que lo sigo siendo, aunque con un solo tipo desde hace alrededor de ocho años), que puedo mantener conversaciones sexuales que ruborizarían al mismísimo Nacho Vidal, que tengo el honor de contar entre mis mejores amigos homosexuales, heterosexuales y bisexuales chicos y chicas con los que he compartido infinidad de cosas, que tendría cero problema en que mis hijos eligieran la opción que les viniera en gana... Yo, también tengo y tendré mucho cuidado intentando seleccionar y limitar la información que les llegue mientras sean niños y púberes.
    El sexo es perfectamente (y muy sanamente, añadiría) banalizable. Pero su mística es como los reyes magos... cuanto más tiempo mantengas la ilusión de niño, más bonita será tu historia con él en tu desarrollo y a lo largo de tu vida.
    Y, por otra parte, tanto o más importante, uno tiene que enseñar a sus hijos a protegerse. Si en su entorno se banaliza el sexo y se habla de él como algo divertido y sin importancia, a una edad más temprana puede ser víctima de "abusos consentidos", que es la segunda mayor pesadilla de cualquier padre (la primera son los abusos sin consentimiento).
    En fin, que si yo tuviera también vecinos que hablaran escandalosamente y bromearan por el patio sobre relaciones de pareja y sexo (por ejemplo, y me da igual el género de los participantes), como tantísimas veces he hablado yo misma con mis colegas, también les pediría que entendieran mi situación y mi postura y muy educadamente y de muy buen rollo, les rogaría que se cortaran y cerraran la ventana un poco para ayudarme a cuidar a mis hijos.
    Plantéatelo así la próxima vez que la veas, para no hacerte mala sangre ;-)

    Raquel
    (Mamá del Gachupín de Garibaldi y la Chilanga de Malasaña)

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  2. Efectivamente!!! Todo con educación y buen rollo, algo que esta mujer no entiende y que se dedica a criticar a mi vecino, a sus amigos y sus conversaciones. Ojo, ha dejado de hablar en el patio, ha cambiado completamente el tono de sus conversaciones, sin embargo, en la pasada junta volvió a hablar mal de él porque "mucha gente lo visita", en fin, que no lo quiere, punto.
    Lo de la hija, sea biológicamente suya o no, no era el punto, tal vez tú lo viste en letras rojas porque es tu caso Raquel pero no era ni mucho menos por ahí la opinión.
    A mí la gente que decide adoptar me parece, por ignorante y por lejano que veo el mundo de los infantes, como menos admirable, tal vez sea porque intento ver el lado bonito de las cosas.
    Por cierto, los títulos de tus hijos son LO MÁS!

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